Albania coquetea con la idea de usar IA para gobernar (y combatir la corrupción)

La frase no describe un gobierno de robots en el corto plazo, pero sí una dirección clara: usar inteligencia artificial para reducir la discrecionalidad y los vacíos donde suele colarse la corrupción.

Albania ya viene experimentando con esto. El gobierno utiliza sistemas de IA para revisar contratos, rastrear evasores, detectar construcciones ilegales y automatizar la imposición de multas. Parte del trabajo que antes pasaba por capas de burócratas ahora se apoya en cruces masivos de datos y alertas automáticas.

Los ciudadanos también han comenzado a interactuar con el Estado a través de asistentes digitales, que sirven para gestionar trámites y servicios públicos sin tener que pasar físicamente por oficinas, una medida que, según el gobierno, reduce tiempos de espera y oportunidades de “gestiones por debajo de la mesa”.

Para Tirana, esta apuesta tecnológica tiene además un objetivo estratégico: acelerar el camino de Albania hacia la Unión Europea, mostrando avances en transparencia, modernización del Estado y lucha contra la corrupción, uno de los temas más sensibles en las evaluaciones de Bruselas.

La pregunta de fondo, sin embargo, sigue abierta:
¿puede la inteligencia artificial corregir los vicios de la política… o solo los hará más sofisticados si quienes programan los algoritmos siguen siendo los mismos de siempre?